–Tan
majestuosa vuela sobre ablandada nube
como
del cielo cae y del infierno sube
querube
reluciente, un semidiós antiguo,
y
llamas y destellos de este lugar ambiguo
mientras
renacen lilas, mientras reviven sueños,
mientras
recibe el cielo angelicales dueños…
Tan
majestuosa brilla, tan majestuosa vuela
y
despidiendo dones sobre los rostros vela
un
gesto de dulzura, de efusión y nobleza…
¡Un
gesto de ternura, gratitud y riqueza!
Estandarte
sagrado en puertas celestiales
sorprendidos,
curiosos los ojos terrenales
admiran
encantados sin siquiera notar
que
sienten primorosa la corriente de amar.
Tan
majestuosa mira, tan majestuosa danza...
Tal
sensación respira quien conoció la lanza
incrustada
en su pecho cuando al fijar el porte
distingue
en lo apartado lo que exigiera un deporte:
¡La
famosa cadena que sujeta en su mano
extendiendo
la patria de un reinado lejano!
Tan
majestuosa entonces frente a mis ojos brillas,
y
vuelas bella mientras que en tus claras mejillas
y
en tus labios rojizos, y en tus rubios cabellos
dibujarse
presiento enriquecidos destellos…
Tan
majestuosa entonces admiro en tus pupilas
la
infinita dulzura que escondes y desfilas
para
aquel quien tuviese el lujoso lugar…
¡Y yo aquí
esperando que me puedas tomar!
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